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Problemáticas de movilidad que nos afectan como peatones


Comenzamos definiendo lo que llamamospoblación flotante” como; la población que utiliza un territorio, pero cuyo lugar de residencia habitual es otro. La población flotante, junto con la población residente, logran constituir la ¨carga de población¨,  que realmente soporta cada territorio. (Garrocho,2011). Como consecuencia la Población Flotante genera una presión sobre los servicios urbanos, mayor del que el territorio pueda asumir, además de que debido a la falta de una contabilidad estadística no se puede regular estos flujos, impidiendo una planificación adecuada y gestión de los servicios que se requieren. 
En el caso de Costa Rica, la Población Flotante ha aumentado en consecuencia  a la alta demanda de servicios de educación que se encuentra presente en la zona de San Pedro, la cual cuenta con universidades como la Universidad de Costa Rica, UNED, Universidad Latina, Veritas etc. La ciudad presenta una gran afluencia de flota vehicular procedente de otros sectores del país,  según la dirección de tránsito en la ruta 202 (vía principal de este distrito) de San pedro transitan a diario 45 mil vehículos, esto si le sumamos a que la otra vía principal como lo es la avenida segunda que conecta con San José este siendo la provincia con una cantidad de 304.000 vehículos a diario. Los cuales  ralentizan el tráfico en esta zona. Por otra parte la carencia de infraestructura vial para otros medios de transportes que no sean el automóvil, genera que los costarricenses pongan en primer lugar al automóvil como medio de transporte predilecto.
Como segunda problemática, se puede mencionar la calidad del transporte público, actualmente la zona de la Universidad de Costa Rica se encuentra entre los destinos más demandados dentro de lo que es el distrito de Montes de Oca. En una zona tan transitada se pueden observar diferentes tipos de transporte; ya sea privado o público, sin embargo, el mal diseño o estado de estos puede afectar significativamente el desplazamiento de estos. Aproximadamente un 62% de los estudiantes utilizan el transporte público para movilizarse a la UCR, esto incluye las rutas regulares, rutas exclusivas de la universidad y el tren. Pero el medio más utilizado son las rutas regulares con 32.4% y las rutas exclusivas con un 26.3% , a pesar de que este tipo de medios son los más utilizados, las condiciones en que se encuentran no cumplen con las condiciones para satisfacer las necesidades de los usuarios, según la última encuesta nacional de percepción de los servicios públicos, realizada por la Contraloría General de la República, se registró que la calidad del transporte público cayó de un 76% en el 2015, a un 56% en el 2018,  resultando en la sustitución del transporte público por el uso de motos y carros.
En la actualidad, la mediatización de la comunicación, influyen a grandes masas de personas, implantando en estas gustos y costumbres, tal y como lo es la cultura del consumismo, que se vende como una actividad lúdica que intenta colocar a un consumidor frente a banners, anuncios televisivos, de radio, periódicos y demás medios, con el fin de persuadirlos. El consumismo vehicular se vende como un “estilo de vida” mucho más agradable que transitar a pie y los  satanizados transportes públicos. Además, hacen ver el precio de las cuotas pequeñas o justas en comparación a los beneficios adquiridos, y con estas y muchas otras técnicas de marketing, logran alcanzar a poblaciones significativas de personas que adquieren vehículos nuevos o usados constantemente. 
  El término “vehículo” hace referencia a los aparatos con o sin motor utilizados para movilizarse, los cuales requieren de infraestructura y un área para transitar. Entonces, cuando una persona decide utilizar un vehículo, también estará siendo parte de un flujo de circulación vehicular. El punto es que, al utilizar vehículos particulares, llega a haber un mayor área de circulación por persona, lo cual se traduce en un flujo más congestionado de vehículos, pero a su vez, una descongestión de personas dentro de los vehículos. Esta conducta egoísta, genera congestionamiento vial, ligado también a otros aspectos en estudio.
Las aceras son espacios públicos fundamentales para la vida urbana. Se vuelven espacios donde los usuarios se comunican, juegan, están de pie o sentados, corren, caminan e interactúan entre ellos, no obstante, actualmente los usuarios de automóviles se han ido apropiando de las aceras, dejando a un lado a los peatones, esta circulación se vuelve especialmente negativa para los grupos más vulnerables de la sociedad; los infantes, personas mayores o personas con discapacidad. Dado que las condiciones de las aceras no son las mejores, las personas tienden a preferir usar el carro en vez de caminar. El medio de transporte privado ofrece condiciones que superan en comodidad: ¿Podré encontrar asiento, al menos en el bus?, accesibilidad (¿De verdad los usuarios 7600 pueden transitar en cualquier zona del país o deben elegir entre la “menos mala” o incluso será que no van a ciertos sitios… Por qué no pueden?), seguridad (¿Hay luz?, ¿De verdad la acera está definida o debo meterme en la calle para poder llegar a un determinado sitio?, ¿será muy solo?), y hay que añadir que el transporte privado en la mayoría de los casos lleva a las personas hasta su destino final desde su punto inicial, y da independencia temporal, es decir, no dependemos de los irreconocibles horarios de buses de Costa Rica, sin embargo, existen condiciones que en compañía, de una mejora del transporte público podría incentivar a la actividad peatonal, esto incluye temas urbanos y culturales: una mejora en la condición de la ciudad (no solo en lo físico, también en lo cultural), podría traer consigo una disminución en el uso del transporte privado y un aumento en la cantidad de peatones.
Otro tema que hay que considerar es que Costa Rica es relativamente nueva en temas de cultura ciclista, el país ha tenido iniciativa en incluir ciclovías en varias zonas, sin embargo, si observamos con detenimiento, el uso que se le da a las mismas es mínima por parte de los ciclistas y nos atrevemos a decir que es más circulada por los mismos peatones o por motorizados que por los que deberían usarla realmente y legalmente: los ciclistas.

Pensamos que toda esta ausencia del uso de bicicletas no es por la falta de cultura o conocimiento de las personas, sino que está más relacionado a la existencia interrumpida de las mismas (lo cual complica el tránsito contínuo a las zonas de llegada), además de esto debemos mencionar que la inseguridad que se crea por algunas zonas, debido a temas como lo son la falta de alumbrado público o el irrespeto por parte de los motorizados al ingresar a ciclovías para “rayar" o “adelantar” en presas; estas dos situaciones se unen y forman una cultura “anticiclista" en algunos casos y en otros, para las personas que sí utilizan este medio de transporte, se enfrentan a problemas como lo son el clima, el terreno montañoso de Costa Rica, los asaltos, y que el resto de vías del país (las que no tienen ciclovías) son diseñadas teniendo como prioridad los automóviles. 

Por último hablamos de accesibilidad, a pesar de todos los esfuerzos que se han realizado para solventar las deficiencias del transporte público, en ciertos sectores siguen siendo mínimas las intervenciones que se logran apreciar; simplemente son muy pocos aquellos transportes que realmente cuentan con los accesos y áreas adecuadas para las personas que tengan alguna discapacidad. Así igualmente se puede apreciar en las aceras en donde las condiciones de las mismas son lamentables y no cumplen a cabalidad con la accesibilidad del peatón. Usualmente al referirse al tema de accesibilidad se podría pensar en los usuarios que necesitan sillas de ruedas, sin embargo, estos no son los únicos que se ven afectados a la hora de utilizar un transporte público cuando presentan alguna discapacidad, ya sea de manera permanente o temporal. A como antes se mencionaba, no todos los autobuses poseen los medios, necesarios para poder llevar a personas con esta condición, o igualmente podemos hablar de las personas que por algún accidente tienen que usar muletas pese a ser una dificultad de movilidad momentánea, a la hora de subir a este transporte necesitan pedir ayuda porque el espacio es muy limitado y las muletas también ocupan un lugar. No obstante si se consideran un par de asientos para discapacitados y adultos mayores, la falencia recae en que no son todos los buses tienen estos espacios. Igualmente se puede contemplar a las personas con cierto grado de discapacidad visual, se pensaría que ellos no pueden utilizar el transporte público, no obstante en determinados momentos me permito argumentar que  este pensamiento es falso, en un par de ocasiones he visto cómo estos usuarios también utilizan estos servicios. Es cuando surge la interrogante. Cómo hacen para utilizar este medio de transporte? Las deficiencias del sistema son varias desde del inicio a la hora de ubicar las paradas, que ninguna cuenta con algún tipo de señalización o información al respecto, fuera del rótulo en algunas de ellas pero este es meramente visual.

Y entonces: ¿Qué otros problemas tenemos los peatones?, ¿Dónde vemos esto reflejado?

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